Apago el cigarrillo y escribo rápidamente, antes que estas palabras se esfumen de un modo tan veloz como el humo que despido entre estos labios míos, secos, cortados por el frío de Buenos Aires y de tu
ausencia.
Y es que recuerdo esa hora en que nos detuvimos en el tiempo, quizás por unos minutos, quizás por años... ¡No sé! Para mí fue un momento no meditado-exacto en que nos hundimos en el barro de la
verdad.
Creo que ni mis pobres libros de historia ni mis apuntes apilados por 6 años podían sacarnos de allí. Ni siquiera tus manos
blancas,
sujetándome fuerte y cálidamente en ese bar ignoto de San Telmo. Tengo tan presente tus ojos profundos, llenos de
peronismo
y justicia,
mirándome con culpa y con piedad, que nada de lo que ocurre fuera de esa imagen sellada en mi mente importa.
Te has llevado mi verdad. Me has dejado tu
ausencia,
el frío
y el humo.
Marianela Aladio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario